Control de precios: unas Ultimas Impresiones

Surgió sin previo aviso, cuando se publicó ni siquiera fue noticia, sus implicaciones y consecuencias no eran comprendidas; por su extensión hasta parecía que fuera algo sin importancia. Pero a medida que los medios impresos empezaron a publicar opiniones, análisis y demás, la noticia ganó terreno, amantes y detractores. La sombra de un posible “control” de precios había sido lanzada sobre los mercados.

Algunos prestigiosos economistas hablaron y hablaron, indicaban cómo los modelos predicen escasez, desabastecimiento, mercados negros, ilegalidad, corrupción, y demás males sociales, otros igual de prestigiosos la defendían, acérrimos con el apoyo de frases simples de aleatorios escogidos en un mercado.

Y de repente paró. Silencio.

¿No era la panacea económica? ¿No era el fin de los mercados como los conocemos? La idea del control de precios se desvaneció y con ella sus proponentes salieron del centro de las críticas.

Me atrevo a afirmar que ocurrió así, porque era una idea poco fácil de defender y más importante aún, tal como se planteó era inviable e impráctica e incoherente e inconsistente, en fin, un sinsentido.

Cuando empecé a escribir el artículo, este se titulaba “Control de Precios: unas Primeras Impresiones” pero una semana después parece que son las ultimas impresiones que tendré sobre este asunto. En este post vamos a examinar algunas cuestiones elementales sobre el intento de control de precios por parte del ejecutivo.

¿Control de Precios o Precios referenciales? La primera situación que llama la atención es que El Telégrafo (medio estatal)  afirmaba que el bondadoso gobierno fijaría precios referenciales mientras que El Universo (medio privado) afirmaba que el tirano gobierno fijaría los precios.

Son la misma noticia y sin embargo existe una abismal diferencia entre la interpretación a sus títulos, sin embargo ambos tienen razón. Son precios referenciales porque así lo establece el decreto, pero están fijados porque su quinto (y penúltimo artículo) ordenaba el proceder para quien los incumpliera (clausura y multas de acuerdo a la gobernadora del guayas). Entonces que alguien nos diga, ¿referenciales u oficiales?

La Metodología. El decreto es sencillo (solo tiene 6 artículos de dos carillas de extensión): primero, junte una serie histórica de datos y luego saque la mediana, ¡¡zhalaaaannn!! Tenemos el precio referencial.

TODOS los cursos en el colegio, la universidad, las tesis, los proyectos, las encuestas de disposición de pago, los costos de materias primas, los sueldos y salarios de la mano de obra, los costos de transacción, la estacionalidad de productos, las economías de escala, la demanda efectiva, demanda potencial, los bienes sustitos, la competencia, los factores externos (ceniza, lluvia), costos de transporte, etiquetas, la publicidad, las fuerzas de Porter, etc., etc., etc. Todo eso echado a la basura.

Para determinar el precio, aparentemente, la oferta y demanda actual nada tienen que ver. Solo hay que elegir la mediana de los últimos 30 datos disponibles y listo. Vaya ejemplo aleccionador sobre ser técnicos.

La Lista. Solo voy a ejemplificar este punto con el primer producto de la lista: El Arroz. No es cualquier arroz, es Arroz Flor. Me declaro ignorante de todas las variedades de arroz, pero inmediatamente me surge la duda de la cantidad de calidades y variedades de arroz que hay.

Ojalá los ministros hayan recibido clases de variedades de arroz, melloco, guineo, pollos, tomates,  y frejoles en sus distintas maestrías o por lo menos sepan qué finalidad y usos tienen cada uno de estos productos porque si no se enfrentarán a una tarea que requiere capacidades y conocimiento que no tienen y podrían perjudicar a las industrias más que ayudar a los consumidores.

Algunos productos de la "La Lista" con sus coeficientes de variación del precio.

Las inconsistencias. El presidente dice que los controles son permanentes, el ministro León dice que son temporales. El decreto dice que es la mediana, el ministro dice que tomarán en cuenta la estacionalidad y demás factores. Por favor gobierno, articulen sus partes. Inconsistencias tan elementales como estas no pueden ni deben ocurrir en un país que desea progresar.

La desfachatez. Y a todo esto el vicepresidente electo dice que “es un decreto que permite fijar un control de precios eficiente para las intendencias, que es lo que hacía falta” y hace eco en mí y ojalá en la sociedad sus últimas palabras “es lo que hacía falta”. 

No se equivoque Ing. Glas, puede tener muy buenas intenciones pero dista mucho de ser lo que hacía falta. Lo que hace falta es empleo y seguridad.


JJSC

Comentarios

Marta Rodriguez dijo…
Siempre se ha querido aplicar estos sistemas los vegetales naturales con malos resultados, algo no cuadra

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