La nueva barrera en la movilidad social

A pesar de no ser padre, uno generalmente analiza su propia capacidad de cuidar bien y hacer crecer a un niño cuando se le asigna cuidar a sobrino o al hijo de un amigo. Al menos ese es mi caso y un artículo publicado en “The Economist” hace mención a una “nueva” división entre clases , pero en lugar de analizarlo por nivel de ingreso de la familia lo hace por la educación de los padres: aquellas familias con padres que han asistido a la universidad y aquellos que no.

Las diferencias entre ambas familias son notorias y este post pretende desmenuzar aquellas implicaciones que tal vez la opinión pública quiera condenar porque pudiera parecer, tal como ocurrió con los comentarios de Alexis Mera,  que existe un control de planificación familiar en Ecuador, cuando es una lectura de la realidad.

La nueva “división” 

El artículo sugiere sutilmente que la división hoy en día, entre las clases altas y bajas, no se define en los ingresos de cada persona, sino que su situación socio-económica se determinó muchísimo antes, mucho antes que cada persona naciera, con la educación de sus padres. He tomado 3 gráficos del artículo publicado que en mi opinión reflejan la nueva estructura y la calidad de la familia divida en los grupos que se hace mención al inicio.



En la primera grafica se analiza la estructura familiar, bajo el supuesto intuitivo que las familias con ambos padres son siempre una elección preferible y proporcionan un entorno más deseable para la crianza de un niño que aquellas familias mono-parentales. El porcentaje de familias mono núcleo (un solo padre) se mantiene estable para padres con educación universitaria, mientras que para el “otro” grupo, cada vez es más frecuente que su hogar sea disfuncionales.

Pero no solo se trata de la estructura del hogar. Los padres con educación universitaria también proporcionan un mejor entorno familiar para sus hijos: en la gráfica central el 75% de las familias con padres “educados” cenan juntos, mientras que para padres que no asistieron a la universidad este porcentaje es 65%, pero con un tendencia a incrementar esta brecha, no porque los padres con educación universitaria cenen juntos más, pero porque aquellos que sin educación universitaria, cada vez lo hacen menos. El porcentaje para padres con educación universitaria se ha mantenido estable entre 1990-2005. 

En términos generales, los padres “educados” proporcionan un mejor entorno para los hijos, incluso se dedican de mejor manera en los cuidados  que ellos requieren cuando aún son bebes. En el último gráfico el tiempo que los padres “educados” proporcionan a sus hijos es 50% superior al “otro” grupo.

La tendencia de la brecha en estas tres métricas, “estructura del hogar”, “calidad de hogar” y “dedicación del padre” parece incrementarse más pronunciadamente desde los 90’s. La demografía de nuestra familias están cambiando, y por tanto la forma en como pensamos la planificación familiar también debe ajustarse.

Mientras en Ecuador

En Ecuador la tasa de fecundidad en Ecuador ha aumentado en proporciones preocupantes. En el grupo de edad entre 10-14 años la tasa de fecundidad ha aumentado 78% entre los periodos 1999-2004 y 2007-2012 ; y en el grupo de edad entre 15-19 años el incremento ha sido de 11%. Los niños y adolescentes en estos grupos de edad aún siguen en colegio,

Es políticamente incorrecto “prohibir” a las mujeres a tener hijos  sin que hayan acabado la universidad pero las estadísticas nos indican que en términos generales lo que ocurre cuando se tiene hijos en edad de colegio es indeseable: Los padres no se casan y en este sentido son incapaces de proporcionar la figura tradicional del hogar, con un padre y una madre; cada vez es menor el porcentaje de estas familias que cena juntos y con el consiguiente decremento en la capacidad de pensar y ser críticos para los niños; y finalmente estos padres se dedican menos tiempo a sus hijos en las etapas más importante, en sus primeros años.


Es entendible que surjan ejemplos que contradigan las estadísticas: padres adolescentes que sean excepcionalmente buenos con sus hijos, tal vez en países con estructura de hogar más unidas y cálidas, como la ecuatoriana y latinoamericana en general, los abuelos proporcionen el entorno necesario para la correcta crianza de un niño. O que, se crea erradamente que alertar de esto, incluso tomar medidas correctivas, crear campañas de educación, fomentar la postergación de la vida sexual hasta después de la universidad, sean tomados como autoritarismo al nivel más indecente.

Lo realmente indecente es creer que esto es un problema de “ideología”, del derecho que tienen las mujeres a decidir. Podemos hilar fino y pasar largas horas debatiendo las opiniones del Sr. Mera, de la Sr. Rivadeneira, o del presidente, pero las realidades son claras e incluso documentos de la Organización Mundial de la Saluda indican que “Muchas adolescentes que se embarazan tienen que dejar la escuela, lo cual tiene consecuencias a largo plazo para ellas personalmente, para sus familias y para la comunidad”. 

Fuentes:
  1. “The New Class Divide”, Marzo 20 del 2015, http://www.economist.com/blogs/graphicdetail/2015/03/daily-chart-11
  2.   Los gráficos presentados en esta sección corresponden a estadísticas de encuestas de Estados Unidos, no son datos de Ecuador.
  3.   “Salud sexual en Ecuador sujeta a cambios”, Marzo 8 del 2015, http://www.eluniverso.com/noticias/2015/03/08/nota/4630796/salud-sexual-sujeta-cambios


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