Sin buscar sonar infantil, grandes poderes implican grandes responsabilidades. Ser presidente del Ecuador, o de cualquier país del mundo, conlleva grandes responsabilidades. Estas responsabilidades no pueden ser separadas de quien se es y el cargo ejercido. Aun cuando el presidente es también ciudadano, su calidad preponderante es y siempre será la de presidente. De tal forma que lo pensado, dicho o actuado como ciudadano tendrá siempre que ser juzgado como presidente.
Este post he decido eliminarlo, por cuanto se ha generado gran cantidad de dudas sobre la veracidad y confiabilidad de la información sobre la cual estaba basado.
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